VIGO RUGBY FOOTBALL CLUB...DE KENT

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El Vigo Rugby Club es el orgullo de Galicia para los aficionados al deporte de truhanes jugado por caballeros. Fundado en 1988, el club vigués milita en División de Honor y es el único que ha logrado alcanzar la más alta categoría desde que se fundó la competición en 1952. Aunque el rugby en España no es un deporte de masas, en Vigo hay una larga tradición. Y, probablemente, aquí se formó un ruck antes que en ningún otro lugar del país. No deja de ser lógico en una ciudad con un gran puerto, lo que le permitió ser pionera en las diferentes disciplinas del sport que iban llegando de Inglaterra.
 
 
En Vigo se jugaba al tenis convencional y al de mesa antes que en ningún otro lugar. En el siglo XIX, los operarios del Cable Inglés fueron los primeros en disputar un partido de fútbol probablemente en toda España. Y el Club Deportivo Coya, surgido de un equipo de O Berbés llamado Os Invencibles, es el decano de Galicia, fundado en 1909 e inscrito en la Federación en 1913. Así que en rugbi tampoco la historia es muy distinta y el resultado es el Vigo Rugby Club, que además hace cantera con varios equipos escolares.
 
Pero a 2.000 kilómetros de distancia, en Kent, hay otro club de rugbi llamado Vigo. No tiene jugadores profesionales y milita en categoría regional, alcanzando a veces la división London Southwest. Pero es más antiguo que el Vigo vigués, ya que fue fundado 20 años antes, en 1968. Y tienen un tercer tiempo al menos tan animado como el del Bluesens. Además, su lema resume su filosofía: A small club with a big heart (un pequeño club con un gran corazón).
 
Un directivo del Vigo Rugby Football Club, Mike Anderson, ya visitó la ciudad olívica en el 2012. Y Anxo Fernández Ocampo, en representación del club vigués, devolvió la visita en Kent en octubre del 2013. Ahora, está pendiente un partido entre ambos equipos, que se celebraría en el 2018, cuando se cumple el 50 aniversario del Vigo RFC y el 30 del Vigo Rugby Club. A ese encuentro, ya lo llaman La Segunda Batalla de Rande o, más propiamente, The Second Vigo Bay Battle.
 
Porque, en realidad, toda esta historia está vinculada a la formidable batalla naval que se vivió en la ría de Vigo en octubre de 1702. Si existe un club inglés llamado Vigo es en homenaje a nuestra ría y a aquel histórico y dantesco combate entre los galeones de la plata y la escuadra del Rey Sol frente a la flota combinada anglo-holandesa comandada por el almirante George Rooke.
 
El Vigo RFC se llama así por una taberna, The Vigo Inn, que terminó dando nombre al propio pueblo de Vigo (Vigo Village), que con sus 2.201 habitantes censados es un encantador enclave en la campiña inglesa, en el condado de Kent, al oeste de Londres. Todo en esta zona ha girado históricamente en torno al pub desde que, en 1703, fue fundado por un marinero inglés que participó en la batalla de Rande. En el lugar, apenas un cruce de caminos, había ya una taberna llamada Upper Drovers desde 1471, pero fue este soldado quien abrió el actual pub, The Vigo Inn, con la parte del tesoro que le correspondió de los galeones hundidos en San Simón.
 
En torno a The Vigo Inn se fue formando un pueblo con personalidad propia, a lo largo de tres siglos. En 1930, adquiere el pub la familia Ashwell, que ofrece también servicio de casa de huéspedes. Durante la Segunda Guerra Mundial, se alojan allí los cadetes y oficiales de la base aérea que fue instalada en las inmediaciones. En muchos jardines de la zona se conservan reliquias de aquella época y algunos coleccionan obuses nazis sin explotar, lanzados por orden de Goering durante la Batalla de Inglaterra. Este petulante genocida prometió a Hitler derrotar a los ingleses en un mes utilizando únicamente los bombardeos de la Luftwaffe. Pero Churchill prometió a su pueblo sangre, sudor y lágrimas. Y triunfó esto último.
 
Pero volvamos a Vigo Inn y a sus propietarios, los Ashwell. A la muerte de su marido Vernon, en 1970, su viuda, Lilian Ashwell, continuó con el negocio. Y tanta era la relación entre el bar y el equipo, que Lilian tomó las riendas del Vigo RFC y se convirtió en la primera mujer de Inglaterra en presidir un club de rugbi.
 
Así que, a dos mil kilómetros de nuestro Vigo, hay otro enclavado en la campiña inglesa. Que probablemente, merece una visita. Para tomarse unas pintas en The Vigo Inn, con su cartel en la puerta que representa a un marinero inglés cebando un cañón en la batalla de Rande. Y, también, para ver un partido del Vigo RFC y asistir a su tercer tiempo. Aunque esto podría ser un crimen. Porque lo primero para todo vigués debería ser subir al campo de Lagoas, en el campus de la Universidad de Vigo, y animar primero a un equipo y un club que representa un orgullo para toda Galicia.
 
La Voz de Galicia. Eduardo Rolland
 
 

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