EL GREMIO DE MAREANTES DE VIGO

EFEMERIDES 19 JUNIO 1699


"El gremio de mareantes, representado por Domingo de Refojos, Juan Toucido y otros, conviene, ante el escribano Juan Alvarez Araujo, con Pedro Fernández, residente en Cabral, “persona que usa y ejerce el oficio y arte de gaytero”, en que éste ha de tocar en las “cuatro festividades que los mareantes tienen cada año en esta villa y su iglesia con su danza de espadas, que son las siguientes: el día de Corpus Christi, el de la Resurrección, San Pedro Telmo, Patrón de este Obispado, el de Ntra. Sra. de la Concepción, que vienen a ser cuatro días con sus vísperas”.

El convenio especifica que “el Pedro Fernández a de venir a esta villa con su gayta y traer criado que sirva de tamborilero, en los días señalados, sin faltar a ello a la hora de las diez de los días de dhas. Vísperas, con que haya de ser por tiempo y término de nueve años, desde el día de la Concepción del presente, y por cada uno, con su trabajo con su tambolirero, le an de pagar ochenta y dos reales y medio y lo comestible para el dho. Pedro Fernández y su criado; y si acaso aquel se allare malo o que tenga otra causa legítima para no venir, a de mandar y buscar a su costa otro gaytero y tamborilero que aga el mismo oficio.-Fenecidos los nueve años, por la autoridad o posesión que tienen dhos. mareantes y ser privilegiados primero que otras cofradías desta villa y su iglesia, abiendo de tocar con su gayta dho. Pedro Fernández en otra parte, tanto por el tanto lo a de acer a los dhos. mareantes, por ser tal vecino en la misma feligresía de Cabral y de esta jurisdicción.”

Se entiende, pues, que los pescadores podían ejercer derecho de tanteo sobre los contratos de las demás cofradías gremiales con sus gaiteros, según especial privilegio. Respecto a la danza, que en contratos similares de otros gremios vemos citada, se nos aclara aquí que la de los mareantes era una “danza de espadas”, tal como todavía la practican los marineros de Bayona, Redondela, Pontevedra, Marín, Cee, Corcubión y otros puntos de la costa gallega. Hasta época reciente también se bailaba en Bouzas. Pero en Vigo debió haberse perdido hace tiempo este gracioso acompañamiento a la procesión de Corpus, con su “mestre”, sus primeros” y sus “rabelos”, en cuatro filas. ¡caro hemos pagado nuestro progreso, iconoclasta y demoledor! ¡Tan sencillo como sería, en este aspecto de cosas, compaginar el presente con el pasado!

La historia gremial de Vigo -tan desconocida- es la prehistoria de su industria actual. Conservar sus tradiciones, hubiera sido cuidar la rancia solera que espiritualizase el obligado signo materialista de toda urbe fabril. Conformémonos, siquiera, con ir desempolvando estos añejos datos, que a muchos gustarán, por no del todo inútiles".
 
Xosé María Alvarez Blazquez. "La Ciudad y los Días. Calendario histórico de Vigo"
 
VIGOe.es

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