UNA MARCA SIEMPRE EN VANGUARDIA

EMPRESAS DE HOY

 
Citroën, que introdujo la tracción delantera en 1934, también fue la primera en producir en serie en Europa y en utilizar encendido electrónico.
 
Debido a la incorporación de avances técnicos que fueron pioneros en sucesivas épocas de la industria del automóvil, la firma creada en 1919 por André Citroën se distinguió a lo largo de su historia por su singularidad y capacidad para producir desde los vehículos más básicos y prácticos hasta los más sofisticados.
 
 
En 1958 se comenzaron a montar en Vigo aquellas básicas furgonetas grises y de chapa ondulada que eran todo un alarde de simpleza, con ventanillas abatibles y movidas por pequeños motores de 425 cc de dos cilindros opuestos.

Sin embargo, paralelamente, desde 1955 Citroën producía nada menos que el modelo DS Tiburón, un vehículo avanzadísimo para la época, tanto por su singular y aerodinámico diseño como por las soluciones técnicas que aportaba, destacando la suspensión hidroneumática que permitía regular la altura de la carrocería, un sistema que luego sería adoptado por sucesivos modelos de Citroën e incluso cedido por la marca francesa para ser incorporado por algunos modelos de Rolls Royce. Todo un contraste entre el 2CV y el Tiburón.

Esa fue siempre la singularidad de la marca Citroën, capaz de producir los vehículos más básicos e incluso más feos, aunque siempre buscando la practicidad, como fue el caso de aquel enorme furgón Tipo H, seguramente bautizado así por "horrible", que desde los años 50 utilizaban los servicios de correos y la policía en Francia. Pero también, al mismo tiempo, de sus cadenas de producción salín los automóviles más originales y avanzados en su tiempo.

IMPUSO LA TRACCIÓN DELANTERA Y LA CARROCERÍA AUTOPORTANTE 

 El mismo 2CV también tuvo, a su manera, mucho de vanguardista, puesto que, como todos los vehículos de la marca, incorporaba tracción delantera, un invento de Citroën en 1934 y un sistema que con los años se impondría y montarían todos los fabricantes.

Los primeros en adoptarlo fueron otros dos coches míticos, únicos y muy avanzados en su tiempo, también por su estética, los famosos C11, que en España se conocieron como "Once Ligero". Al que seguiría el C15 o "Quince Ligero". En sus diferentes versiones estuvieron en producción a lo largo de 23 años, hasta 1957. Y fueron los antecesores del DS Tiburón, también sobre los que se ensayó, en sus últimas unidades, la nueva suspensión hidroneumática.

Además, los C11 y C15, primer diseño automovilístico del escultor Bertoni, fueron los primeros automóviles de gran serie con carrocería "autoportante". Es decir, en los que chasis y esa carrocería constituían una unidad inseparable con la consiguiente reducción de peso y aumento de la estabilidad al permitir rebajar su centro de gravedad. Otra importante innovación: estaban tratados con pinturas anticorrosivas.

EL
MEHARI RESULTÓ UN VEHÍCULO ÚNICO EN SU ESPECIE

 Sólo a una marca tan peculiar como Citroën se le podía ocurrir, a partir de la base del Dyane, que era una evolución estilizada y progre del 2CV, lanzar al mercado, en el año 1968, un artilugio con cuatro ruedas al que sus responsables denominaron Mehari, que es una de las especies de camello del desierto. Cuyo aspecto era el de una bañera cuadrada de plástico imitando la ondulada chapa del 2CV, entre medio coche con únicamente dos asientos y medio pequeña camioneta. Esto se suponía que debía ser una especie de "todoterreno" para jóvenes con espíritu libre y aventurero.

Con viento en contra en llano, aquel Mehari carente de aerodinámica tenía que esforzarse para alcanzar los ochenta kilómetros por hora, en ocasiones debiendo recurrir su conductor a la tercera marcha. A un verdadero mehari del desierto no lo dejaría muy atrás en esas condiciones. Pero, como siempre ocurre con los modelos Citroën, ese vehículo es hoy objeto de culto, en este caso para los que fueron veintiañeros a finales de los revueltos años sesenta.

Al otro lejanísimo extremos de la gama, con el Mehari convivió un tiempo el SM Maserati que se presentó en 1970 y que fue retirado de la circulación en 1975. Un espectacular cupé deportivo de aspecto futurista - lo sería aun ahora - con motor V6 Masetari y que alcanzaba fácilmente los 220 km por hora. Fueron dos pasadas de rosca muy de la marca francesa, el Mehari y el SM Maserati.

En el medio de la gama, el Citroën GS, también estaba dotado de suspensión neumática y era un coche con gran personalidad que se comercializó entre 1970 y 1986. 

LOS MODELOS QUE SE PRODUCEN EN VIGO
SIGUEN LA PAUTA

Ese ha sido siempre el sello Citroën y lo continua siendo en los tiempos actuales tras integrarse en 1976 en el Grupo PSA, absorbida la marca por la  más conservadora Peugeot, a la que aportó parte de un espíritu que se podría calificar de rebelde.

Y con el que continua. De modo que la última versión del monovolumen C4 Picasso es un vehículo revolucionario por su tecnología incorporada tanto interior como exterior, que marca un cambio de época y que fue distinguido por las revistas especializadas como "Coche Innovador 2014". Un vehículo casi tan rompedor - aunque dirigido a un sector más familiar - como lo fue el Tiburón en su época.

Al tiempo que, en esa línea de combinar extremas opciones en su gama, en la planta de Vigo se produce en exclusiva mundial el C Elysée, robusto tres volúmenes destinado sobre todo a los países emergentes del Mediterráneo.

De Balaídos salen las furgonetas Berlingo y Partner continuadoras de la batalladora C15 que estuvo doce años en el mercado, entre 1996 y 2008, periodo en el que la factoría viguesa fabricó millón y medio de estas unidades destinadas al mundo laboral.

Ahora vendrán las K9 de Citroën, Peugeot y General Motors - a la espera de sus respectivas denominaciones comerciales - que marcarán, sin duda, otro hito en cuanto a practicidad, rendimiento y avances en tecnología del automóvil.

En la K9, que es una futurista furgoneta para los nuevos tiempos, van a converger las dos señas de identidad que siempre marcaron la filosofía de los productos Citroën. La tecnología más sofisticada al servicio de lo funcional.

J.B. SOUTELO, www.vigoempresa.com
 
 

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