EL TENOR ENRICO TAMBERLICK EN VIGO

EFEMERIDES 14 AGOSTO 1883


"Las fiestas de la ciudad, que este año han revestido excepcional brillantez, prosiguen muy animadas, con gran afluencia de forasteros de todas las partes de Galicia. Del 9 al 13 hubo las acostumbradas verbenas -que entonces también se llamaban "veladas al aire libre"-, conciertos musicales, paseos y algunas "veladas marítimas". Hoy, víspera de la Patrona, hay voladores y desfile de la comparsa de gigantes y cabezudos (que es de suponer flanqueada por la gozosa chiquillería y el tonto de turno abriendo calle).

A las seis de la tarde, solemnes vísperas en la Colegiata. Y a las ocho de la noche -porque entonces anochecía más temprano- volverán las bandas de música a la Alameda y al Relleno, para amenizar otra gran velada, con más fuegos de artificio, más globos y más iluminaciones a la veneciana. No faltaban el anís escarchado y el café de recuelo. Los refrescos eran de grosella y zarzaparrilla, especie de cocacola indígena, más refrescante y más económica: a perrochico el vaso.

En el Teatro-Circo Tamberlick actúa la compañía de ópera de este célebre tenor, que en el otoño pasado ha inaugurado el espléndido coliseo, uno de los mejores de su tiempo en Galicia. Ha sido esta, sin duda alguna, la más importante temporada de ópera que hubo en Vigo, pues el programa incluía, nada menos que 20 funciones de abono, con un cartel excepcional de cantantes, encabezados por Enrique Tamberlick. Traía de "prima donna" a la russell, de segundo tenor, Gnone, de barítono, a Verdini, de soprano, a la Remondini, etc. Puede decirse que lo más granado y famoso del "Corpus" musical del género pasó en aquella temporada por el escenario del Tamberlick. Después de la presentación de la compañía con "Lucía de Lammermoor", puso al día siguiente en escena "Il Piliuto", la obra fuerte del tenor titular, con la cual hiciera su presentación en Vigo el año anterior; Tamberlick había hecho una creación personalísima de esta ópera, luciendo sus magníficas facultades, especialmente en el segundo acto, donde pronunciaba con brío inigualado la sublime frase Credo in Dio, que despertaba el delirante entusiasmo del público.

Sucesivamente, Vigo asistió a las representaciones de "Rigoletto", "La Africana", "El Trovador" (otro gran éxito de Tamberlick, en la "cavaletta" Di quella pira); "Dinorah", "Un ballo in Maschera", "Fausto", "Lucrecia Borgia", "Marina", "Traviata", "Aida" (que hubo de repetirse), "I Puritani", "Hernani", "La Sonámbula" y "Linda de Chamounix". El 28 de agosto se celebró el beneficio de Tamberlick, con un programa selecto, de fragmetnos escogidos, en el cual el famoso cantante asombró una vez más a la concucerrencia con cuatro dos de pecho. Los muchos amigos con que aquí contaba, le obsequiaron al final de la función con coronas y ramos de flores, un álbum, un lujoso estuche y otros regalos. Tenía Tamberlick un gran cariño a nuestra ciudad, por el gesto de haber dado su nombre al flamante teatro que aún perpetúa su memoria, y no vaciló en aceptar la presidencia del jurado calificador del concurso de orfeones, patrocinado por el Recreo Artístico, que tuvo lugar al comienzo de estas fechas agosteñas.

Todavía hubiera prolongado su permanencia en Vigo la compañía de ópera si no fuese que había adquirido compromisos en La Coruña, para actuar durante los magnos festejos que allí se celebraron, con motivo de la inauguración del ferrocarril, con asistencia de los Reyes de España. El gran acotecimiento tuvo lugar el 1 de septiembre y Tamberlick nos abandonó con pena de todos el 29 de agosto. Sus éxitos de Vigo se repitieron en la capital coruñesa, que hervía por aquellos días de animación y entusiasmo.

Aquella memorable estancia de Tamberlick y sus huestes en Vigo, fué tema de conversación, reiterado a lo largo de muchos años por quienes tuvieron la fortuna de escucharle.
 
Xosé María Álvarez Blázquez. "La Ciudad y los Días. Calendario histórico de Vigo"
 
 

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