OPINIÓN
Anda nuestro Alcalde en
estos días encelado con el futuro de La Panificadora pidiendo ideas para saber
qué usos se le pueden dar a ese gran solar al lado del Concello, y poniendo
cara como que las obras de reconstrucción pueden empezar de un día para otro.
Convendría recordarle a
nuestro regidor que La Panificadora es de propiedad privada y que el Concello y
Zona Franca no van a tocarle un ladrillo mientras los propietarios no
formalicen su venta.
Pero una vez que se logre
el acuerdo D. Abel propone que las nuevas instalaciones sean de uso
público-privado mediante un acuerdo con el Consorcio de la Zona Franca viguesa.
Entre los futuros usos se han mencionado bibliotecas públicas, centros
tecnológicos y de investigación, centros de coworking o trabajo compartido,
amén de otras funciones que a los ciudadanos se nos puedan ocurrir.
Desde esta tribuna hemos apuntado en alguna ocasión lo que podría albergar la antigua
fábrica de pan. Y es ni más ni menos que el edificio del Concello, respetando
en la nueva construcción el estilo industrial acorde con la ciudad que en que
vivimos.
Cuando se le ha hecho esta
sugerencia el Sr. Caballero se ha escudado en que un coste de alrededor de 100
M€ no sería asumible por el Concello. Creemos que ésta es una excusa vana, ya
que estas cifras se podrían satisfacer con un plan financiero que comprendiera varios
ejercicios, con la ventaja de que en este momento la institución se encuentra
con deuda cero.
Y lo más importante, que
esa decisión sólo se podría tomar con el viento a favor de los 17 concejales de
que dispone D. Abel en este momento, coyuntura muy difícil de repetir en el
futuro.
De esta manera los
ciudadanos nos podemos imaginar la desaparición del mamotreto municipal, con la
recuperación del patrimonio del fuerte de San Sebastián y poder disponer de
repente de un gran parque en pleno centro de Vigo que se podría unir fácilmente
al Castro sin solución de continuidad.
Nuestro Alcalde se
caracteriza por ser valiente en su gestión y afrontar de cara los problemas de
la ciudad, pero en este caso ha dado un paso atrás y no entendemos la razón.
No se amilane Sr. Alcalde
y sea valiente que estas oportunidades se presentan pocas veces en la vida de
un político.
Fernando Torres Carbajo
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