OPINION
En la última sesión de investidura en la que salió elegido
presidente del gobierno Mariano Rajoy Brey, los ciudadanos hemos podido
"disfrutar" de un individuo que se dedicó en su intervención a insultar a
una gran parte de los diputados allí presentes, en especial los
adscritos al grupo socialista.
Este sujeto que representa a la Esquerra catalana, apareció en la
tribuna de oradores con aspecto y modales de barato matón de barrio. El
tipo suele presumir de charnego y en otras intervenciones ha farfullado
desde la misma tribuna que los catalanes deben independizarse del resto
de españoles porque olemos a ajo y le damos profundo asco.
Sus palabras fueron contestadas por el portavoz del grupo socialista
finalizadas con un aplauso "casi" general de la cámara. Habría que
señalar que a la presidenta de la cámara le debió parecer bien la
intervención del republicano porque no dijo nada cuando el fulano se
calló.
En un tono parecido el portavoz del grupo morado, con su aspecto
chulesco habitual, entonó sus palabras con su tonillo de rap y dejó ver
que los diputados que no le pertenecen sobran en el Congreso y que ojito
cuando ellos alcancen el poder.
Debo añadir aquí también al portavoz del grupo popular por sus
elegantes ademanes, que cuando sube a la tribuna, se acoda en ella tal
que estuviera en la barra del bar de su pueblo y al acabar fuera a echar
la partida con otros congéneres suyos.
Pero no quería olvidarme del dimitido y lloroso secretario general
socialista que una vez abandonada su acta, proclamó en una entrevista
televisada todo lo contrario de lo dicho por su exseñoría en sus dos
años en el cargo.
Del presidente del gobierno investido prefiero no decir nada, porque estamos en Halloween y a mí los muertos vivientes dánme moito noxo.
Fernando Torres Carbajo
Comentarios
Publicar un comentario
Dános tu opinión