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Con 78.000
kilómetros y 45 países de los cinco continentes a sus espaldas, Heidi Hetzer ha
llegado a Vigo. Es el primer puerto europeo que esta mujer de 79 años pisa en
su regreso a Alemania después de dar la vuelta al mundo en un coche clásico.
Emula a Cläerenore Stinnes, la primera persona que lo hizo en 1927. Aquella
mujer pionera que rompió moldes le sirve de inspiración y por eso eligió para
su aventura un vehículo semejante al Adler Car utilizado en aquella primera
travesía. El suyo es un Hudson Great de 1930, un vehículo que no deja
indiferente a nadie y que le ha ocasionado no pocos problemas durante la
travesía, que ella misma ha ido solventando en la mayor parte de las
ocasiones.
Llegó a Vigo desde Sudáfrica a bordo de un carguero y, nada más desembarcar,
se dirigió al concesionario de Opel de la avenida de Madrid, donde le cambiaron
las llantas, que estaban muy desgastadas, y le realizaron otras tareas de
mantenimiento.
Heidi siempre ha estado muy vinculada a esta marca. Su padre
fundó un concesionario en Berlín en 1919. Cuando falleció, ella heredó el
negocio y hasta hace poco tiempo estuvo al frente del mayor establecimiento de
venta de coches Opel de la ciudad alemana, con 150 empleados a su cargo. Sus
hijos no siguieron con la tradición familiar y, al cumplir 75 años, decidió
vender el concesionario con la alegría de que no se perdieron ninguno de los
puestos de trabajo. Fue a partir de ese momento cuando empezó a fraguarse el
sueño de dar la vuelta al mundo en coche. No quería resignarse a llevar una
vida sedentaria una vez alcanzada la jubilación. En junio de 2014 arrancó el
coche para emprender el viaje más apasionante de su vida. De Berlín se dirigió
a Estambul y de allí a Irán y Azerbayán. China, Malasia, Tailandia y Singapur
fueron algunos de los países que visitó antes de dar el salto a Australia y, de
allí a Nueva Zelanda, donde hizo más de 7.000 kilómetros. Por increíble que
parezca, con su coche recorrió toda América, de norte a sur y de este a oeste.
Tras cruzar el canal de Panamá, se le abrieron las puertas de Sudamérica. En
Bolivia sufrió el mal de altura a 4.000 metros sobre el nivel del mar. Tras
recorrer Chile, Perú (donde tuvo un problema de salud) y la Patagonia, llegó a
Buenos Aires, desde donde se embarcó a África, continente donde recorrió 9.000
kilómetros con su vehículo.
«Lo mejor, la gente»
Heidi reconoce que después de
todos los países y de las miles de personas que ha conocido durante estos tres
años nunca ha tenido miedo. «De todos los sitios que he conocido, lo mejor es
la gente», destaca. Más de la mitad de las veces se ha hospedado en casas de
las personas que ha ido conociendo a lo largo del camino. «La gente es muy
agradable, solidaria, amigable y generosa», afirma. Su norma es no reservar
nunca habitación en ningún hotel hotel. Podría permitirse alojarse en lugares
lujosos, pero opta siempre por lugares económicos, que no le cuesten más de 50
euros la noche y, si no lo encuentra, se recuesta en el asiento de su coche a
pasar la noche. Allí tiene fotografías de sus hijos y nietos y observarlas le
reconforta en el viaje. Viaja siempre acompañada con un Ipad, que le sirve para
hacer fotografías e ir narrando todas sus aventuras en un blog que ya cuenta
con más de 3,7 millones de visitas. De todos los lugares que ha visitado, afirma
que Nueva Zelanda es el país más apasionante y que Buenos Aires es la ciudad
más bonita.
Mañana partirá de Vigo en dirección a Lisboa. Esperará a un equipo
de reporteros de un canal alemán que la van a grabar en ruta durante cinco
días. En España está a punto de culminar un sueño. Cuenta con visitar Madrid,
Marbella, Barcelona y, de allí cruzar a Francia para pasar por Marsella, París
y Bélgica, antes de regresar a su casa de Berlín el 12 de marzo. Puede que no
sea su último viaje. Asegura que si hay un próximo, será con un vehículo de
mayores prestaciones y tracción a las cuatro ruedas para poder visitar más
lugares.78.000 kilómetros y 45 países. Más de la mitad de las veces se ha
hospedado en casas personas que le invitan.Un vehículo de 87 años. Heidi está a
punto de cumplir su sueño a bordo de un Hudson Great, un vehículo americano
construido en 1930.
Alejandro Martinez. La Voz de Galicia
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