UN VIGUES LLAMADO VERNE

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Monumento a Verne en Rande. Ría de Vigo
El próximo viernes, 17 de febrero, la víspera del día grande, nos reuniremos unos cuantos vernianos en la librería Versus, en la calle Venezuela, para celebrar la efeméride de la visita a la ría de Vigo del Nautilus del capitán Nemo. Se trata de una fecha literaria, porque así aparece reflejada en la novela 20.000 leguas de viaje submarino.

 
El 18 de febrero de 1868, el mítico submarino quebró las aguas de las islas Cíes para adentrarse en la ría y rescatar en la ensenada de San Simón la plata de los galeones de Rande. Lo cuenta con detalle el ya célebre capítulo titulado En la bahía de Vigo.


La reunión del viernes tiene un título muy acertado, que se le ha ocurrido a la editorial Lobito Bueno, que convoca el acto: «Un vigués llamado Verne». Porque, en efecto, en sus dos visitas a nuestra ciudad el novelista de Nantes se comportó como un ciudadano más. Hasta el punto de que asistió a la fiesta de la Reconquista o a la procesión del Cristo de la Victoria.
 

Hay que recordar que Vigo es la única ciudad de España que Verne visitó en toda su vida. Y que lo hizo en dos ocasiones: 1878 y 1884. En ambas, a bordo de su lujoso yate, el Saint Michel III. Y que gracias a las notas de viaje del escritor, que vieron la luz en 2014, están ahora perfectamente documentadas, con la narración en detalle de todo lo que hizo el novelista francés durante sus estancias en la ciudad olívica. Los aniversarios de esas visitas se cumplen en mayo y junio. Pero no menos importante -o quizá más- es esta efeméride de febrero, que forma parte de la literatura universal. Y, sobre todo, del acervo popular: ¿quién no conoce el Nautilus de Nemo?
 
Porque 20.000 leguas de viaje submarino está narrada como un diario. La aventura comienza en 1866, cuando varios barcos son hundidos por una extraña criatura marina. En junio de 1867, la fragata Abraham Lincoln zarpa de los muelles de Brooklyn, en Nueva York, a la caza del monstruo. Y, como asesor científico, viaja el zoólogo Aronnax, acompañado de su asistente.
 

Tras meses de búsqueda infructuosa, a las 23 horas del 7 de noviembre de 1867, la fragata es embestida por el monstruo. Caen al agua Aronnax, Conseil y Ned Land. Y, a la mañana siguiente, cuando se creen a punto de perecer, emerge el Nautilus y recoge a los tres.
 
En los meses sucesivos, el Nautilus cruza el Ecuador (1 de diciembre), avista las islas Marquesas (4 de diciembre), pasa las Nuevas Hébridas (25 de diciembre) y tiene un combate con los aborígenes de Papúa (9 de enero).
 
Finalmente, el Nautilus cruza el estrecho de Gibraltar y entra en la ría de Vigo el 18 de febrero de 1868. Será una breve escala, con un único objetivo: acceder a la auténtica caja de caudales del capitán Nemo, el tesoro de los galeones de la Flota de la Plata, hundida en la batalla de Rande de 1702.
 
Tras cargarse de riquezas, el Nautilus enfila hacia las islas Cíes y abandona la ría de Vigo para llegar al día siguiente a la Atlántida, situada muy cerca, según la novela.
 
En la realidad, mientras la nave recalaba en nuestra ría, aquel 18 de febrero de 1868 la ciudad vivía alterada por la Real Orden recién dictada por el gobernador civil de Pontevedra que prohibía la existencia de más de una sociedad de recreo y obligaba a fusionarse al Casino y a la Tertulia. La medida despertó una rebelión ciudadana, dada la competencia entre directivas y socios de ambas entidades. Así que los vigueses andaban a otra cosa aquel día. Y nadie reparó en que el tajamar del Nautilus quebraba las aguas de la bahía de Vigo y enfilaba la ensenada de San Simón. A bordo, el capitán Nemo recibía en su camarote al profesor Aronnax, su huésped forzoso. Y pronunciaba su ya famosa frase: «En estos momentos, nos encontramos en la misma bahía de Vigo y solo de usted depende el descubrir los misterios que en ella se encierran».
 
Vigo se enteró de esta visita literaria casi dos años más tarde, con la publicación de la novela. Y así fue como, diez años después, recibió a Verne como un héroe, en su primera visita de 1878.
 
Hoy nos quedan dos aniversarios reales: los de las visitas de Verne. Y un aniversario literario: el de la visita del Nautilus, el 18 de febrero de 1868. Se cumplen ahora 149 años. Y lo celebraremos el próximo viernes, en la librería Versus, bajo el título «Un vigués llamado Verne». Será el anticipo de una fecha redonda, un sesquicentenario: los 150 años de la llegada del Nautilus que se celebrarán el próximo febrero de 2018.

Eduardo Rolland. La Voz de Galicia
 

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